domingo, 6 de mayo de 2018

Actual Play / Actual View

(Vaya por delante que ésta va a ser una entrada atípica: ni reseña, ni actual play ni nada de lo acostumbrado. Solo un puñado de ideas que, al escribirlas, espero que me lleven a alguna conclusión... aunque lo más probable es que no consiga más que un brainstorming provisional. Es una pena, pero de donde no hay no se puede sacar)

Hace tiempo pasé casi un mes seguido en cama debido a una lesión. Es difícil hacer algo tumbado cuando no puedes girar la columna ni la cadera, así que Youtube me hizo mucha compañía y gran parte de los canales que ahora sigo son producto de aquel momento.

Vi de todo: películas, documentales, tutoriales, perros haciendo monerías, gente haciendo tontadas... Y, por supuesto, también quise ver rol. Primero me interesaron las reseñas pero después me giré hacia las partidas y se desplegó ante mí, de par en par, todo un océano...

...de coñazo.

Ahí estaba yo, el renqueante ermitaño del monte, viendo hora tras hora de diálogos insulsos, de tramas inconexas que avanzaban a trompicones, de chistes malos y herméticos, de sonido de lata e imágenes entrecortadas. No podía dejar de pensar que en algún momento daría con algo que fuera interesante para alguien ajeno a la sesión, pero no encontraba nada.

¿Por qué tan mal?

Estaba un poco perplejo. Después de todo en jornadas y demás siempre he sido un voyeur. Suelo pasear por las mesas escuchando lo que se juega, quedándome si me agrada y marchándome cuando me aburro, así que no se puede decir que no me guste ser espectador, o que el rol solo se puede disfrutar como participante. ¿Qué sería del fútbol si únicamente se pudiera disfrutar desde dentro de las zapatillas de tacos?

Estoy hablando, claro está, de hace un buen puñado de años. De un tiempo a esta parte los blogs se han ido muriendo para dar paso a una creciente oleada de youtubers y... ¿twitchers? y en cuanto a calidad técnica no hay color. Banners, pantallas partidas, sonido e imagen decentes, bandas sonoras...

Por no hablar de la variedad. Donde antes la hegemonía se repartía entre D&D y Mundo de Tinieblas ahora hay partidas a porrillo de muchos juegos: mi corazoncillo indie revolotea ante canales como Las Viudas de don Vicente o Hijos del Rol donde puedo ver indiegencias en acción, o el tipo de partidas que me interesan de antemano.

Pero algo falla, y no debo de ser el único que lo nota: un comentario bastante habitual en los podcasts roleros es el de que no se suele ver las partidas de los demás. Revisadlo.

Es comprensible: sigue habiendo partidas muy aburridas de ver, auténtica morralla. Me refiero a esas sesiones en las que un grupo se reúne para jugar, con tramas mediocres y personajes mediocres y más risas (o silencios) que juego, en las que yo, como espectador, me siento como un espía no invitado. Esas sesiones que no aspiran a comunicar nada al espectador, que ni enseñan a jugar ni tratan de contar una historia ni, como colección de personas o personajes, son especialmente interesantes. Son el equivalente a una talla de "J ama a  P" en un árbol, el dibujo de un pene venoso en un túnel o un simulado contacto gay en la puerta de un lavabo: algo que tuvo valor únicamente para la gente que lo hizo,  y Dios sabrá por qué deciden emitirlas.

Pero no todo es así. Hay otras partidas realmente interesantes que parecen tener interés en deslumbrar al espectador. Hay música, imágenes añadidas y referencias verbales directas a quien está más allá de la mesa. Algunos podrían decir que no, que no se dirige todo ese esfuerzo al espectador sino a los participantes, a enriquecer la sesión... pero hay quien incluso edita los vídeos, yeso ya sí que trasciende el rato de juego.

Así que me acuerdo de ese momento, tirado en la cama, postrado, y pienso en lo que habría agradecido entonces que alguien me guiara entre los canales señalando las partidas que pueden valer la pena y las que son prescindibles. Hay crítica de cine, de libros y de ensayos; hay incluso reseñas y Actual Plays roleros: ¿por qué no hay una crítica de las partidas? ¿Por qué no hay Actual Views, o cualquier otra fórmula llamarlos?

En principio se me ocurren varias razones:

a) hay cierto pudor a la hora de hacer una mala crítica. Aunque de hecho, ni siquiera creo que se pueda hacer una mala crítica porque, dada la duración que tiene cualquier partida de rol, nadie en su sano juicio perderá tres horas de su tiempo en ver algo malo o mediocre para luego comentarlo a fondo.

b) este es un mundillo muy pequeño, y es muy fácil que te encuentres en redes sociales, jornadas o partidas online con alguien de cuya partida tu crítica no fue favorable.

c) hay quien piensa que las partidas son buenas o malas según su observador, que su calidad es relativa e inconmensurable.

Sobre este último punto, aun concediendo que pudiera ser cierto, cosa que no creo, cabría pensar que de todos modos, es irrelevante para la actividad crítica. La crítica no solo tiene que ver con puntuar algo mediante notas del 0 al 10; tambien puede ser una valoración de algún aspecto concreto, o puede tomar una parte vista en la partida para ligarla a una temática. Ahora mismo, por ejemplo, está bastante de moda hacer reseñas de juegos a través un prisma feminista: ¿por qué no sería legítimo hacer lo mismo a partir de una sesión de rol emitida?

Por otro lado, claro, no se me escapa el aspecto ridículo que puede supone realizar una labor hermenéutica a partir de una partida de aficionados al rol así, a traición y sin que nadie la haya solicitado. No se me quita de la cabeza la idea de un cuñao pegado a la valla de la pista de futbito de la urbanización queles grita a los de dentro que están jugando mal. Por supuesto, este desagradable tipo mordisqueará un chuperreteado puro a medio fumar mientras se mesa la panza... y ninguno queremos ser él.

Incluso las partidas interesantes me dan problemas.Yo disfruto mucho al verlas. Un montón. Pero también me pasa una cosa: cuando me imagino jugando una de esas partidas a menudo sé que no me hubiera gustado. ¿Recordáis esa vieja idea de que una partida de rol se compone de un 20% de juego y un 80% de espera? Pues, con toda su injusticia, tiene buena parte de verdad: el último par de partidas que he visto con gusto duraron entre 90 y 105 minutos y han tenido intervenciones de cada jugador de entre unos 10 y 15 minutos en total. En. Total. Era abrumadora la diferencia de cantidad de influencia y diversión que obtenían los DJs frente a la que obtenía cada uno de los jugadores.

Por supuesto, reducir la diversión del rol estrictamente al tiempo que pasas hablando y tomando decisiones es simplista e injusto: está el placer de recrearte en la ambientación, el tono y el descubrimiento; está la intriga que despierta ver el desarrollo de las demás tramas... Pero todo eso es pasivo. Os recuerdo otra vieja idea: "Al rol se viene a jugar, no a que me cuenten el cuento del DJ". Como de costumbre, ahí sobrevuela la acusación velada de escritor frustrado sobre los DJs que frenan la acción para solazarse en las descripciones, para crear ambiente y emoción... Un asqueroso topicazo que, sin embargo, de nuevo tiene su parte de verdad: que las habilidades de cuentacuentos son importantes, sí, pero no son lo definitorio del rol y podrían llegar a entorpecerlo. De lo contrario no jugaríamos a rol: iríamos a escuchar cuentos.

O a ver una partida interesante, para el caso. Lo que quiero decir es que lo que me resulta valioso como espectador es distinto... diametralmente distinto a lo que preferiría como jugador, y tal vez esa sea una riqueza a la que podría apuntar un Actual View: "Ven como jugador; quédate como espectador".