jueves, 30 de enero de 2020

Diatriba contra los jugadores


(Con lo largos que son mis comentarios en redes he pensado que puedo aprovechar y darle vidilla al blog, así que...)

Me ha gustado mucho el último programa de Rol Fiction, sobre todo la vuelta de Pedro Calvo al ruedo y, si siguen así, ¡qué temporada nos espera!

Lo que más me llamó la atención fue el momento en que Pedro describía las sesiones de juego, o quizá el mismo acto de jugar, como la persecución de unos beats, momentos de interés y diversión.
Es muy bonito cómo eso le permite relacionarlos con la música y el ritmo, y es muy interesante también cómo esos beats aparecen por multitud de motivos: por la tensión de lanzar los dados y por el alivio al ver el resultado; por dejarse llevar por el personaje y por asistir a la actuación de los demás; por llegar a lugares nuevos y maravillosos y por enfrentarnos a decisiones difíciles...

Y así, una de las cosas que me  ha tocado la fibra es que recordase y señalase la posibilidad de que un beat sea algo que se hace por y para los demás. Es algo que los DJs se supone que deben hacer por defecto, es un poco su razón de ser, y frecuentemente los jugadores, preocupados con su inmersión, con sus decisiones, con sus vivencias, con su tesoro, parece que se olvidan que también ellos pueden proporcionar.

A veces pienso que es como si jugáramos a juegos distintos. Los jugadores juegan a ganar, a decidir, a dejarse sorprender; a los DJs eso les está vedado: ¿cómo va a ir a ganar a los jugadores, cómo podría atreverse a utilizar sus herramientas para superar el reto de vencer a su party?¿Cómo va a decidir lo que pasa sin más, por su mero capricho, cometiendo pecado de railroading, autorzuelo descarado, dramaturgo de pacotilla, vete a escribir tu libro…?¿Y cómo va a sorprenderse con algo que no sean las decisiones de sus jugadores? ¿Cómo podría atreverse a romper la suspensión de la incredulidad de la mesa, la solidez del espacio imaginario, pidiendo que a los jugadores que le den detalles inventados sobre la marcha acerca de la ambientación y el trasfondo, del color, o de la naturaleza del monstruo o del misterio al que se están enfrentando? Es como si al DJ se le supusiera un estado de servidumbre perpetuo mientras que los jugadores van a mesa puesta. Unos juegan a ganar y otro a agradar. 

Y aunque esta es una descripción de lo que pasa en la mesa injusta y exagerada, algo de verdad creo que debe de tener porque yo, que habitualmente soy DJ si no juego con alguna forma de narración compartida… ya no puedo ser jugador. No tengo la suerte de Pedro Calvo, que le da a todo: cuando participo en una partida construir fichas, tirar dados, hacer planes, la tensión por la incertidumbre... puf, me llena de tedio. Yo solo quiero interpretar mi personaje (con mi particular comprensión de lo que significa interpretar), explorar el mundo, saborear una estética y una narrativa, y ver a qué cosas nuevas lleva la resolución del conflicto, independientemente de que sea con un desastre o un éxito. Porque para mí es como para esa consejera matrimonial que proponía que, al juzgar las acciones de una pareja, diéramos un paso atrás y añadiésemos un Qué interesante.

¿Ha dejado la toalla tirada en el suelo del dormitorio? Qué interesante...
¿Quiere ver esa película tan coñazo en lugar de esta otra? Qué interesante...
¿Otra comida de domingo con sus padres? Qué interesante...
¿Los orcos huyen y podemos pasar a la caverna? Qué interesante...
¿El mayordomo me engañó y ha colado un sedante en mi comida? Qué interesante...
¿He perdido un brazo y aún está en la calle el Capitán Fascismo? Qué interesante...

¿Os suena? ¿No se parece mucho a lo que sí que puede, sí que le está permitido disfrutar a un DJ? Y encima es peor, porque lo que gano en inmersión en un personaje lo pierdo en inmersión en muchos personajes y en decisión sobre temas y colores y tramas y ritmos…

Afortunadamente hay luz al final del túnel. Hay muchos juegos que me permiten integrar mejor los placeres del DJ y los del jugador: Capes, Fiasco, Polaris, Primetime Adventures, Blood Red Sands, Chuubo’s Marvelous Wish-Granting Engine, Swords Without Master, Noir World, Masks, Bluebeard’s Bride, Wushu… Todos ellos potentes y generosos en cuanto al reparto de agencia dentro y fuera de la ficción pero también,  desgraciadamente, poco conocidos, exigentes en cuanto a implicación y conocimiento del juego y alejados del gusto habitual de los jugadores.

2 comentarios:

  1. Qué interesante... XD Creo que lo has clavado. A la hora de jugar, la clave está en centrar la atención en con qué me puedo entretener (en este juego, con estas reglas, interpretando este papel, como jugador o como máster) y no en qué me está vetado, qué no puedo hacer, qué me estoy perdiendo, qué no es cómo me gusta. Desgraciadamente, dependiendo de la mesa o del juego, es a veces muy difícil encontrar interesante unos calzoncillos tirados por el suelo.

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  2. Sí, a lo mejor soy un poco exigente de más, tiquismiquis y estrecho de miras para disfrutar del rol :P Pero es que anda que no hay que enrollarse con ranas...

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